El reloj de los Órganos
Salud y Bienestar
Salud y Bienestar
De la Medicina Tradicional China llega el excepcional método para vivir en harmonía con los ritmos naturales del cuerpo.
Redacción Macro Ediciones
La vida de las personas está marcada de manera imperativa por el tiempo, en este periodo histórico más que en otros: un reloj compuesto por horas, minutos y segundos puestos a disposición para desarrollar todas las actividades del día. Cuántas veces nos decimos: “¡Querría un día de 48 horas!". Sucede a menudo. El tiempo que tenemos a nuestra disposición parece no bastarnos nunca. Es así porqué hemos olvidado que existe un reloj mucho más importante de aquél que tenemos colgado en las paredes o de aquel que llevamos en la muñeca: es el reloj que marca los ritmos de la vida, de la naturaleza y del mismo cuerpo. Desafortunadamente, ya no somos capaces de escuchar su tic tac: el libro "El reloj de los órganos" de Li Wu explica de una manera magistral como prestar atención y escucharnos a nosotros mismos.
Siempre corriendo
«En el siglo XXI – escribe Li Wu – el ser humano se ha ido alejando cada vez más de su ritmo vital natural. Nuestro quehacer cotidiano ya no está estructurado por el cambio natural de la noche y el día, el ritmo que nos da el sol o incluso que nos dan las estaciones del año, sino que nos dejamos llevar por una serie de obligaciones y ocupaciones que se imponen y que nos obligan a adaptarnos a una vida artifi cial. Bien sea por la presión del trabajo o de la vida privada, nos vemos obligados, día y noche, a estar a disposición de todos y de todo, y, si es posible, de inmediato. Pues no se consigue desesperar a nadie tanto como con la lentitud. Son, por ello, muy pocos los momentos en que se puede realmente respirar y tener algo de tranquilidad. Y, aunque un día relajado pueda alegrar el ánimo de vez en cuando, la mala conciencia que se crea constantemente por no haber hecho nada provechoso aniquila enseguida el efecto de la relajación.
Como consecuencia, hay muchas personas que se encuentran en constante estrés, están siempre nerviosos, alterados y, finalmente, agotados. O puede ocurrir que comiencen a padecer los típicos síntomas de estrés, a los cuales, en vez de buscarles la raíz del sufrimiento, se les trata simplemente con medicamentos. Tarde o temprano se desarrollan, a causa de este estrés, frecuentes patologías como el insomnio, afecciones en el aparato digestivo, migrañas, o pérdida de energías hasta acabar con depresiones reales. Y a pesar de que se trata de sufrimientos “simplemente” psicosomáticos, hay que reconocerlos como avisos o amenazas que deben ser aclarados. Pues estos nos anuncian que hemos de prestar más atención a nuestro cuerpo, a nuestro reloj interior, ya que todo lo que sea apartarse del proceso del ritmo natural producirá un efecto negativo tanto en nuestra salud como en nuestro bienestar».
Las terapias de la Medicina Tradicional China
La terapia se calibra individualmente sobre el paciente y se orienta siempre hacia un cambio de las costumbres de vida seguidas hasta aquel momento, las cuales lo han conducido a una desarmonía. Solo así es posible restablecer el equilibrio alterado. Es sólo después de haber deshecho los bloqueos y los estancamientos y haber devuelto el equilibrio a las cinco fases de cambio que el Qi, es decir, la energía vital de los órganos, puede volver a fluir libremente a través de los circuitos orgánicos. La Medicina Tradicional China basa las propias curas para armonizar los flujos energéticos sobre cinco pilares:
- fitoterapia,
- acupuntura y digitopresión,
- alimentación,
- masaje,
- terapias a través del movimiento.
Un chequeo immediato con la Medicina Tradicional China
Imaginemos la posibilidad de tener en nuestras manos los instrumentos para indagar y descubrir qué sucede en el interior de nuestro cuerpo, como si tuviéramos una pequeña cámara que graba en tiempo real la condición de nuestros órganos y su trabajo interno. ¡Sería realmente útil poder proteger nuestra salud de este modo! ¿Parece ciencia ficción? No lo es, en realidad es tangible y aplicable: los médicos que utilizan la MTC (Medicina Tradicional China) poseen los instrumentos necesarios para conocer en tiempo real la salud de los órganos internos. ¿Cómo lo hacen? Investigan las principales funciones fisiológicas del organismo.
Las más importantes a las que se presta atención son:
- la motilidad gastro-intestinal (por ejemplo: regularidad de evacuación, consistencia y color de las heces, color de la orina, hinchazón abdominal, reflujo gástrico);
- la calidad del sueño;
- las condiciones y las señales presentes sobre la lengua;
- en las mujeres, el ciclo menstrual.
Obviamente se recogen también informaciones de diversa índole desde los dolores esparcidos por el cuerpo hasta los trastornos esporádicos o crónicos. Cada trastorno tiene un origen y la MTC es capaz de leerla. El análisis que se desarrolla se basa en el concepto de yin y yang y en la complementariedad entre estos dos elementos. De ellos nace la fascinante teoría de los 5 elementos, que atribuye a cada sujeto una “constitución”, es decir, una predisposición física y emotiva que lo caracteriza desde el nacimiento. Descubriendo a qué constitución se pertenece, se inicia un viaje hacia el autodescubrimiento que encierra la esencia de quienes somos en lo más profundo de nosotros mismos.
La teoría de los 5 elementos
«La Medicina Tradicional China – continua Li Wu – considera el hombre como una unidad de cuerpo, mente y alma. Según esta enseñanza universal, todas las cosas pueden clasifi carse en 5 elementos básicos o fundamentos, a saber: madera, fuego, tierra, metal y agua. Para entender mejor estos términos, se adjuntan aquí algunos detalles de sus propiedades:
- La madera simboliza la naturaleza viva y toda clase de vegetación. También representa el crecimiento, así mismo simboliza la niñez y la primavera cuando todo brota y fl orece y cuando surge una nueva vida. En este caso, el yang se asocia a las raíces y al pesado tronco, mientras que el yin son las ramas fi nas y elásticas y las hojas. El elemento prosigue perseverante sus fines, pero si sus pasos son interrumpidos y se rompe la armonía, se producirán ira y agresividad.
- El fuego es claro de color, caliente y ligeramente infl amable. Por ello se asocia este elemento al entusiasmo y a la alegría de la vida, a lo arrebatador. En la fase de fuego se muestran la exaltación juvenil y el despertar de la sexualidad unidos al deseo de aventuras. Por otro lado, el fuego se amaina y, si no se alimenta, puede extinguirse. Por tanto, el fuego crea dependencia y hay que controlarlo y alimentarlo. Yang es la claridad y el ardor; yin el fuego que se extingue y el calor suave.
- La tierra se asocia a la claridad, la constancia y la estabilidad. Ella nos procura el alimento, tanto corporal como espiritual. El hombre se vuelve sedentario, busca seguridad y se concentra en la fundación de una familia. La fase de tierra se considera como el centro de la vida. Pero también el afán de poder y de bienes materiales están asociados a este elemento. No obstante, quien acumula en demasía hace tambalear su equilibrio. Yin es, por ejemplo, el suelo húmedo de la tierra; yang, el seco, la enorme masa pedregosa y de las tierras.
- Un metal como el oro despierta codicia y simboliza, por tanto, deseo y pretensión. Por su dureza se le asocia a la capacidad de imposición, resolución y de concentración en lo esencial. Al mismo tiempo, el metal personifica también el estupor y los excesivos principios de fidelidad. El metal marca la fase del otoño y de la decadencia. Es la época en que se recoge la cosecha, en la que se llega al fondo de las cosas con madurez y soltura.
- El agua: todo lo fluido y todo lo que se acumula se asocia al agua. Es pues, símbolo de concentración, de transformación y de independencia. A causa de su claridad simboliza también la racionalidad. En concentraciones extremas adquiere una enorme fuerza que ocasiona su potencial impositivo. Es la fase del transcurrir y del guardar en la que se mira atrás, se reflexiona y se desprende uno de todo. El ciclo comienza entonces de nuevo».
El método del reloj de los órganos
Más allá del conocimiento de la constitución de base, la MTC sigue el importante ritmo del reloj de los órganos, también definido como “Círculo Circadiano”. Éste define el ciclo de regeneración que cada órgano realiza, por turnos, cada dos horas. Sabiendo el horario en que un órgano se regenera, se puede intervenir mejor para ayudarlo. «Con la ayuda del reloj de los órganos – continua Li Wu – se pueden identificar mejor las enfermedades anímicas y corporales y, en consecuencia, diagnosticarlas y evaluarlas. Cuando uno se despierta siempre a la misma hora, puede significar una distorsión energética en el órgano que tiene en ese momento su máxima actividad. Entre la 1 y las 3 de la madrugada, por ejemplo, se trata de un desequilibrio del circuito funcional del Hígado, e igualmente, alguien que padezca de migraña, también se despierta varias veces con dolor de cabeza en ese período de tiempo. Si usted estructura el día de acuerdo con el reloj de los órganos y puede descubrir a tiempo un desequilibrio en su vida, podrá recuperar su salud y su bienestar a través de una curación equilibrada y sin tener que recurrir a medicamentos o a productos químicos». Ahora, ¿no sientes curiosidad por descubrir a cual constitución perteneces? ¿Cuál es el elemento que te caracteriza en base a tu estructura física? ¿Qué revelan los síntomas que se manifiestan o qué indican aquellas que demasiado a menudo se definen como costumbres? El conocimiento está a la base de la salud, porqué cada uno de nosotros posee unas características físicas particulares: saber individuarlas nos permite mantener el equilibrio de nuestra salud física y psíquica.