Mudras: el Yoga de las manos
Espiritualidad
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Los mudras son sellos, símbolos y gestos muy poderosos que mejoran la meditación, promueven la relajación y actúan en lo profundo de nuestra esencia.
Redacción Macro Ediciones
Esta antigua práctica incluye ejercicios para hacer con las manos, pero involucra todo el cuerpo y tiene como objetivo equilibrar nuestra energía vital y recuperar nuestra salud física y mental.
El flujo de energía en las manos
Según la medicina tradicional india, el Ayurveda, en cada dedo de la mano llegan las nadis (o meridianos, según la medicina tradicional china), los canales de energía a través del cual fluye el prana, la energía vital; cada dedo de la mano está conectado a un elemento natural, a los chakras y a los órganos del cuerpo.
Es posible que hayas oído hablar de reflexología podal en relación con el pie: del mismo modo, trabajar con los dedos y otras partes de la mano también puede ayudar a relajar, concentrar y resolver o aliviar problemas de salud.
En la práctica de posturas de yoga, pranayama y meditación, los mudras sellan la energía en el cuerpo y dirigen el flujo en una dirección particular, para estimular las partes del cuerpo que intervienen en la respiración, y para dirigir la energía del prana hacia un determinado órgano.
Mudras en yoga y en la vida cotidiana
Los mudras a menudo se combinan con la meditación, que se integra con resultados maravillosos. Durante la meditación, los mudras ayudan a enfocar la atención de quienes los practican hacia su yo interior y a percibir mejor su propia energía vital.
Los mudras son muy numerosos, algunos de los mudra que se utilizan en el yoga también son familiares y reconocibles a los que saben poco sobre el yoga, por ejemplo el Atmanjali mudra, también llamada posición de oración o namaste, que abre y cierra la sesión yoga.
Además de acompañar asanas, pranayama y meditación, la práctica de mudras es una técnica poderosa y efectiva en sí misma. Utilizar los mudras en la vida cotidiana es simple: puedes hacerlo en casa o en el trabajo, mientras viajas en tren o autobús, incluso caminando.
Es esencial, sin embargo, estar relajados y con predisposición de pasar un tiempo para nosotros y para nuestro bienestar, sin distraerse con las tareas del día o de nuestro entorno.
Para practicar bien los mudras - sentado, tumbado o de pie - recuerda que debes mantener el cuerpo en una posición simétrica: al principio puedes pedir a una persona de confianza para mirarte, evaluar tu posición y corregirla si es necesario.
Intenta cerrar los ojos y observar la postura de tu cuerpo: con el tiempo y la práctica mejorará tu propiocepción, es decir, la capacidad de percibir tu cuerpo en el espacio.
Cómo se practican los mudras
- Sentado: mantén las piernas paralelas y las plantas de los pies bien en contacto con el piso. No cruces las piernas, no cruces los pies y no apoyes solo en los dedos de los pies o en los talones.
- Acostado: incluso en posición supina, mantén siempre la simetría y no cruces las piernas o los pies.
- De pie: mantén las piernas ligeramente abiertas, los pies separados a la anchura de la pelvis, dobla ligeramente las rodillas, baja los hombros y relaja los brazos, déjalos colgar un poco antes de asumir la posición de los mudras con las manos.
- Caminar: mantén un andar relajado y regular, sincronizando el ritmo con la respiración.
- En posición de meditación: date tiempo para practicar los mudras con total tranquilidad al dedicarte a la meditación. El yoga proporciona diferentes posiciones para la meditación, pero una de las más utilizadas se llama posición fácil o sukhasana.
Al practicar los mudras, uno no necesariamente debe meditar, pero es importante prestar atención a uno mismo, incluso durante unos minutos. Observa tu respiración, con calma, mientras fluye dentro y fuera de la inhalación y exhalación alternadas: encontrarse a sí mismo ayuda a mejorar el efecto de los mudras.
Encuentra el lugar y la hora para la práctica
Para empezar, elije solo un mudra para practicar, o dos, tres como máximo. Obsérvate; utiliza tu ojo interior para imaginar donde puedes practicar los mudras: si te ves en un sillón por la noche, o en el jardín, o en la hora de almuerzo para hacer la carga de energía para el resto del día… sigue esta intuición.
Date un tiempo fijo de días para la práctica de los mudras, que te ayudará a encontrar la perseverancia para practicar todos los días: si deseas solucionar un problema de salud menor (dolor abdominal, dolor de cabeza, dolor de espalda, insomnio ...) o reequilibrar su emotividad (agresión, inquietud, mal humor, falta de apetito ...) la mejora será gradual y llevará tiempo y práctica alcanzar los resultados.
Tradicionalmente se aconseja mantener un mudra durante 45 minutos, especialmente si se combina con la meditación, que también se puede subdividir en ejercicios de 15 minutos que se realizarán tres veces al día. Pero no tengas miedo, los mudras son efectivos aunque se hagan por períodos más cortos: para comenzar, encuentra el momento adecuado para ti, pero ten cuidado de repetir los ejercicios a la misma hora todos los días, lo que amplifica su efecto.
Un ejemplo: los mudras para el estrés
En el libro Yoga de las manos, Andrea Christiansen propone muchos mudras útiles para numerosos trastornos físicos y emocionales: desde la hipertensión hasta el insomnio.
Te ofrecemos un valioso ejercicio para aliviar el estrés de la vida cotidiana, relajarte y soltar las tensiones y, en consecuencia, eliminar el dolor de cabeza y mejorar el sueño.
Mudra de la relajación profunda
Para lograr relajarse de verdad es necesario que dejemos ir todas las cosas de la vida cotidiana, pero es precisamente esto lo que a muchos les resulta complicado. Aprende a relajarte y a abandonarte a ti mismo; un sencillo juego con una pelota es perfecto para entrenar esta capacidad.
Ejercicio para dejar ir
- Coge una pelota pequeña.
- Al mismo tiempo que la vas lanzando de una mano a la otra haciendo que la trayectoria forme un arco, repite estas palabras: “lanzar, coger”.
- Ahora deja caer a propósito la pelota y di fuerte y claro: “dejar ir”.
- Ejercítate cada día durante unos 10 minutos.
- Después, sacude bien tu cuerpo.
Cuando hayas acabado el ejercicio para dejar ir con la pelota, practica el Ksepana mudra. No prolongues demasiado este mudra, porque de otro modo te liberas también de la energía inutilizada.
- Cierra los ojos y dirige tu mirada interior hacia la raíz de la nariz, tu tercer ojo.
- Con el pulgar y el índice de ambas manos forma un círculo y apoya las puntas de los demás dedos libres sobre los correspondientes dedos de la otra mano.
- Los dos círculos se tocan en los puntos de contacto.
Ksepana mudra. Este mudra tiene un efecto profundamente relajante, además deshace las tensiones en la cabeza y ayuda a dormirse.